Overview:
En este artículo, Silvio Mattacchione discute un programa de medicación preventiva que los colombófilos pueden aprender y seguir fácilmente.
La salud o su ausencia es la clave de todos los resultados, ¡buenos o malos! Independientemente de la calidad de tus palomas, si no eres capaz de mantenerlas sanas, están condenadas a obtener siempre malos resultados. Creo que es seguro decir que la persona que tiene palomas de menor calidad pero que ha aprendido a mantenerlas cerca de la cima de su ciclo de salud superará a un grupo de palomas superiores cuya salud crítica es poco entendida y, desafortunadamente, se ha permitido que decaiga.
Aunque esto es cierto, la mayoría de los colombófilos no tienen ni idea de lo que constituye o no una buena salud. La buena salud en una paloma de carreras es una actividad de 365 días. El adagio es cierto: “¡Sólo sacas lo que pones!”.
La mayoría de los colombófilos se emocionan antes de las carreras de aves viejas y jóvenes. Una vez que esto termina, los pájaros pasan a un segundo plano hasta la próxima primavera. Ah, sí, ¡siempre hay un año que viene! La esperanza es eterna, ¿o no?
Pues no es así. A menos que estos colombófilos tengan una revisión masiva de sus actitudes, no tienen ninguna posibilidad de mejorar. La colombofilia (toda la colombofilia, no, la colombofilia de todos los animales vivos) es una actividad práctica. Se aprende haciendo, en primer lugar. También se aprende escuchando, leyendo y observando; pero te garantizo que nunca se aprende hablando, insistiendo y pontificando. Ya conoces a los tipos a los que me refiero. Te hacen saber que han olvidado más de lo que tú nunca sabrás. Bueno, ¡un colador nunca ha sido mi idea del depósito perfecto del conocimiento mundial de las palomas de carreras! Mi compañero, Jim McLean, siempre afirma que, por desgracia, “te conviertes en lo que te rodea”. ¿Cómo puede ser tan profunda una afirmación tan simple? Aquí hay una regla muy simple para vivir: Si no puedes decir algo bueno, muérdete la lengua y abstente de decir nada.
Nuestro mundo de revueltas siempre ha confundido las cosas y no es diferente en nuestro deporte de palomas. Siempre suponemos que los que mejor lo hacen también son los que más saben y pueden enseñar al resto. Esto rara vez es así. En el mundo real, el gran entrenador o maestro suele ser el hombre o la mujer que no pudo alcanzar físicamente la perfección, pero que a su vez se esforzó por aprender todo lo que pudo para poder transmitirlo a todos aquellos que sí tenían la capacidad y podían beneficiarse de sus esfuerzos.
En el pasado, he ayudado a muchos colombófilos a conseguir mejores resultados que los que habían obtenido hasta ahora. Muy pocos reconocen el origen de la información y, al igual que el colador, tienen tendencia a perder lo que se supone que deben contener.